miércoles, 30 de julio de 2014

Esquizofrenia ... la crónica de una mente divergente

Los días parecen ser igual, el tiempo no avanza. Ese ruido permanente.  A veces pienso que todo era mejor ayer.  Pero el ayer no existe, ni todos los demás días volverán a ser igual.

Vivir como ermitaño parece una realidad, la necesidad de estar solo, solo con nuestros pensamientos y voces internas.  Las voces que surgen por el estado de ánimo, por las cosas que recordamos, y las que vivimos.

Ese actuar lógico, pero divergente a la vez. La fantasía. Si, la fantasía que nos ayuda a sobrevivir.

Esa propiedad de los humanos capaz de hacer realidad nuestros sueños y deseos, aunque sea tan solo un instante, un momento.

Cada momento es tan distinto y parecido a la vez.  

Despiertas, crees que algún día todo cambiará, que todo volverá a ser como antes, cuando todo era normal. Cuando eras feliz (o más bien creías que lo eras).

Esos momentos ya fueron es verdad, pero no se llevaron lo mejor de nosotros, siempre hay algo por el cual debemos seguir.

A nadie le gustan los problemas, pero si es necesario enfrentarlos.

Esos altibajos que todos tenemos, estar feliz por una extraña razón y de pronto todo lo contrario.

Una prueba dirán algunos, una prueba de que vale la pena vivir (aunque no lo parezca).

Solo sé que no voy a estar presente por la eternidad, no en este cuerpo, no en esta 'mente', no en esta realidad, pero que debo aprovecharla, buena o mala, pero es una vida que vale ser vivida.

 Tengo toda una vida por vivir.